¡GRACIAS RAVI ZACHARIAS!...TU CELO POR DEFENDER LA VERDAD CONTINUARÁ.
Fue promovido a la Ciudad cuyo fundamento es Dios nuestro amado apologista Ravi Zacharias.
Me gustó esta entre todas. Sus manos en sí mismas eran un poema ardiente y apasionado que acompañaba a su asombrosa memoria y su osada inteligencia. Era un deleite escucharlo y más placentero aún ver los rostros desfigurados de ateos sinceros, agnósticos injustificados y arrogantes hombres de ciencia cuyo laboratorio doctoral les hacía pensar que creer en Dios era absurdo, ridículo y poco inteligente.
Ravi nunca perdió la calma. Su pacífica oratoria era un bisturí que sin anestesia dejaba sin argumentos el discurso agnóstico, sin palabras al ateo acérrimo y sin defensas a la sofisticada palabrería de la seudo ciencia.
No le intimidaba la confrontación académica fuera donde fuera. Con biblia o sin ella, Dios era para Ravi Zacharias una inmutable, asombrosa, innegable, inevitable y viviente realidad. Lo aceptaran o no, Ravi dejaba sobre la mesa argumentos irrefutables como estructuras de puro acero resistentes al argumento ateo y a la persistente arrogancia de la élite académica.
Aún frente al diagnóstico pesimista de un agresivo cáncer, Ravi Zacharías no perdía la fuerza de una fe simple pero decidida, osada y agresiva que fluía desde una indiscutible gracia y dignidad.
¡ENHORABUENA MAESTRO DE MAESTROS!. ¡HOY ABRAZAS AL MÁS GRANDE TODOS LOS MAESTROS, CUYA EXISTENCIA Y MENSAJE DEFENDISTE HASTA TU ÚLTIMO SUSPIRO!.
NO TE OLVIDAREMOS....
Ruben Arroyo...¡Gracias Maestro!.