Y DIJO DIOS...."SERÁS PASTOR"...Y YO DIJE...¡VÁLGAME!
Es casi una ley. Cuando es Dios quien te recluta...Pierdes tu derecho a renunciar.
Hay cosas inevitables para todo Pastor:
- Quien menos creías que se iría, se va. Y Dios te enseñó...que sólo Él permanece para siempre.
- Ayudaste. Pero cuando no lo hiciste, alguien se olvidó de todas las veces que lo hiciste. Y esa sola vez determinó quién eras en su corazón. Y Dios te enseñó..que Él es tu recompensa.
- Todo el mundo ejerce su derecho a querer prosperar. Pero cuando eres tú quien lo quieres, esa es la prueba de que Dios NO te llamó. Y Dios te enseñó que su promesa es mayor que el temor del hombre.
- Todo el mundo puede contar "su historia" menos el Pastor. Y Dios te enseñó...Que te conviene que sólo Él la sepa.
- Todo Pastor sabe, que una vez haga lo que haga, no importa cómo lo haga, siempre habrá alguien que sentado en la iglesia sabrá cómo hacerlo mejor. Y así lo asegurará en alguna escondida reunión. Y Dios te enseñó...que es a Él a quien rindes cuentas.
- El corazón de un Pastor está formado de tal manera, que se entristece también cuando se va aquel que le convenía que se fuera. Y Dios te enseñó...que el de Él es igual.
- La visión en el corazón pastoral suele ir más rápido que la velocidad con que la ve cumplirse. No importa cuán rápido vaya, para él “la cosa está lenta". Y Dios te enseñó...Que en la gloria no existe el tiempo.
- Siempre vive sorprendido porque el que lleva más tiempo todavía no entiende, y el que entiende es el que llegó hace poco. Y Dios te enseñó...que Él es quien da el crecimiento.
Rubén Arroyo...Y fue Dios quien me enseñó.