¡BAJA ESE VOLUMEN MIJO!
- cidrachurch
- 8 oct 2020
- 2 Min. de lectura
¡BAJA ESE VOLUMEN MIJO!
“Oíd atentamente el estrépito de su voz, Y el sonido que sale de su boca.” Job 37:2
La adoración de una congregación no tiene que ver nada con la gente. Tiene que ver todo con Dios. Él es la fuente de ella, el motivo de ella y el corazón que la inicia, la promueve y la sostiene.
Una banda de adoración no puede permitir, que sea el espíritu de la cultura y la era la que defina su ritmo y sonido porque sea “el sonido y ritmo que le gusta a la gente”.
Hacer música comercial con el evangelio no es malo en sí mismo, pero la línea entre adorar, distraer y entretener se pone confusa y difusa cuando lo que quiero es que la canción “pegue y venda”.
Si una canción con letra cristiana sólo te captura por lo contagioso de su ritmo, frase y preferencia de género musical, no tiene que ver nada con Dios y sí todo contigo.
Dios es el creador de todo sonido, por lo tanto considero legal afirmar que Él no tiene una preferencia por un estilo o género musical. Pero definitivamente es afectado por el efecto que ese género tiene en tu corazón en relación a Él.
Por otro lado, es un absurdo disparate asegurar que Dios sólo se derrite de la emoción con una ranchera mexicana y le pone de mal humor el merengue dominicano. Que sólo mueve su corazón una balada y le sangran los oídos con el reguetón. Que despierta su favor una balada y la ira un guaguancó con un tumbao caribeño.
Del lugar de tu corazón que salga lo que cantas, por qué lo cantas y sobre todo para quién lo cantas, afectará más a Dios que lo que cantes.
El verso de inicio asegura que Dios mismo tiene su propio sonido. Y afirma que podría ser estrepitoso. Estrepitoso es un sonido fuerte y ensordecedor. Entonces, no ASEGUREMOS que a Dios sólo le gusta el ritmo que a mí me gusta.
CUÁL ES EL SONIDO DE SU BOCA ALLÁ HOY...DEBE DEFINIR ACÁ...EL SONIDO DE MI ADORACIÓN HOY.
Rubén Arroyo...No te pierdas el RUGIR2020
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