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DIOS ES RARO...ME PONE A GANAR PERDIENDO.


DIOS ES RARO...ME PONE A GANAR PERDIENDO.

Es un error pensar que cuando Dios nos llama, tendremos una inmediata victoria en aquello a lo cual nos llamó. El Señor siempre nos llama a obedecer y eso no significará siempre ganar.

La primera fase de un llamado y la más importante es obedecer. Y al obedecer empieza nuestro intento de ganar.

Pero algo confuso y extraño ocurre. Que no siempre al hacer el intento obedeciendo obtenemos una victoria. ¿Por que no siempre obedeciendo a Dios obtengo la victoria que espero?

PORQUE EL INTENTO ME FORMA, MADURA Y EDIFICA MÁS QUE LO QUE ÉL ÉXITO LOGRARÁ.

Entonces descubro, que antes de otorgarme el éxito a Dios le interesa prepararme para él. Y cuando se forma lo que debo tener para el éxito, ya Dios le llama éxito porque poseo lo que necesito para tenerlo.

Es por eso que a nuestra obediencia Dios le llama éxito aunque tenga apariencia de derrota.

Esto es así porque la meta no es ganar por ganar. La meta es que Dios sea glorificado. Cómo manejas la desilusión, la frustración o la ofensa, puede ser la victoria en medio de lo que pareció derrota. Y a eso Dios le llama éxito aunque no tenga la apariencia de victoria.

Rubén Arroyo...The Ways of The Lord...Raros...¿Cierto?

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