“DIOS PODRÍA OFENDER TU RAZÓN, PARA REVELAR TU CORAZÓN”.- Paul Cain

“...Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar...” ‭‭1 Reyes‬ ‭18:44‬ ‭

No menosprecie las pequeñas señales. La mayor parte de las veces no necesitará entenderlas. Ellas son indicaciones de algo pero no son “el algo”. Señalan y llaman nuestra atención, pero cometeremos un error si giramos nuestra agenda alrededor de ellas como si fueran nuestro destino.

No vamos tras “las plumas”. Simplemente ocurren. En cualquier momento, lugar y forma. Pero resulta humorístico la forma en que ocasiones deciden aparecer.

La de la izquierda está clavada a la playera que aún tengo puesta. Tan pronto salí de mi habitación, mi esposa la señaló. Ni siquiera yo la había advertido. La de la derecha ocurrió hace tiempo atrás. Abrí la puerta de atrás de mi auto, y allí estaba erecta como asta y clavada en el espaldar del asiento.

Ayer le tocó el turno a mi esposa. La invité en un gesto cariñoso a sentarse en mis faldas. Y creyendo que era cualquier cosa, sacudió con su mano lo que luego advertimos que era una pluma que también había estado clavada como asta en su pantalón.

Desde que estas señales se añadieron a otras que comenzaron en el año 2011, nos negamos a considerarlas comunes o permitir que la familiaridad con la experiencia nos haga subestimar el potencial de su significado.

Después de todo, hemos confirmado una y otra vez, que celebrar y honrar los pequeños comienzos de algo que consideramos del otro mundo, nos posiciona para protagonizar cosas mayores.

LO QUE PARECE SER UNA PEQUEÑA NUBE...PODRÍA ESTAR ANTICIPANDO UN TSUNAMI.

“...porque una grande lluvia se oye”. 1 Reyes 18:41

Rubén Arroyo...¡Expectante!