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Las tres virtudes son estados del corazón


Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.”

‭‭1 Corintios‬ ‭13:13‬ ‭


Las tres virtudes son estados del corazón. No estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.”

‭‭1 Corintios‬ ‭13:13‬ ‭


Las tres virtudes son estados del corazón. No nacen de una decisión sino de una transformación. Tiene que ver muy poco con la fuerza de mi voluntad y todo con el trabajo secreto del Espíritu Santo en medio de intensas cirugías en lo profundo de las habitaciones escondidas del alma.


El escenario de esa extraordinaria transformación posee como único contexto, el tiempo invertido en fortalecer en forma sincera, humilde y abierta, una íntima relación con el Señor donde toda agenda del corazón es examinada, auscultada y tornada en sincero arrepentimiento rendido a los pies de su Presencia.


Cuando los que crees en tus suposiciones que son tus perseguidores se convierten en parte de tu intercesión sincera por ellos, sabiendo que tu limitado conocimiento no te concede licencia para juzgarlos y más bien te inunda el temor de hacerlo, entonces descubres lo que Dios es capaz de hacer en su misterioso obrar dentro de ti.


Cuando consideras que los que ya no están contigo, son hermosos hijos de Dios y tus hermanos santos en el Señor, entonces bendices sus destinos y llamados entendiendo simplemente que lo que la agenda del Señor posee para ellos es grande y majestuosa, agregando gloria poderosa a la agenda del cielo, y que simplemente no están porque el Espíritu los dirige en forma misteriosa al encuentro de otro capítulo Profético en sus vidas, te confrontas con otra obra maravillosa del Espíritu Santo dentro de ti.


Tus hermanos no son tus enemigos aunque en ocasiones tenga la apariencia. Es de humanos compartir errores y es de creyentes admitirlos y aceptar que en su sabiduría, Dios podría usarlos para el bien de todos.


De las tres virtudes, sólo la esperanza no está en el listado del fruto del Espíritu. Y en el caso del término esperanza en el griego bíblico, implica “regocijo anticipado”. Lo que convierte a la esperanza de un creyente, en una celebración expectante de lo que pasará para su bien y bendición.


El gozo cumplido entre Jesús y sus discípulos del cual habla el evangelio de Juan, se expresa en el contexto de una oración contestada. ¿Disfruta usted el momento en que sus niños abren su regalo?. ¿Nota su alegría expectante?. Lo mismo siente el Señor al contestar su oración. Gozo de ambos lados. Y cuando la plataforma de esto es el amor sin fingimiento, la obra del Espíritu nos es manifiesta.


LA IGLESIA NO SERÁ IGUAL...Y POR ESO MISMO...EL MUNDO TAMPOCO.


Rubén Arroyo...En regocijo expectante.

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