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PASE AÑOS BUSCANDO ATAJOS...Y NO LOS ENCONTRÉ

PASE AÑOS BUSCANDO ATAJOS...Y NO LOS

ENCONTRÉ


El resultado del estar a solas con Dios es absolutamente insustituible. Pero como nuestro corazón es engañoso, podemos buscar atajos que nos den la sensación de que llegamos al lugar cuando en realidad nos paralizamos en el mismo lugar.


Amo enseñar. Estoy convencido de que es mi llamado principal. Para ser efectivo al enseñar, nutro mi intelecto con una estricta disciplina de estudio. La biblia, libros acerca de ella, historia, liderazgo, mensajes de otros predicadores y maestros, documentales, biografías y películas son mi consistente fuente de aprendizaje.


Pero si pudiera meter todo eso en una licuadora para prepararme una bebida compuesta de todo, y faltara una relación reverente, íntima y apasionada con Dios, sería un buen comunicador, orador y motivador con la ausencia de un poder transformador.


NO ES LO MISMO SER INFORMADO QUE SER TRANSFORMADO.


Si me limito a buscar a Dios sólo porque tengo que predicar, entonces debo admitir que sostengo una relación “profesional” con Dios...Pero eso no es lo mismo que una relación personal.


Obedecer no es lo mismo que complacer. Yo puedo seguir instrucciones y haciéndolo obedezco. O puedo buscar intimar y estrechar lazos personales con la persona que me da instrucciones y seguir las instrucciones para agradarlo.


No necesito conocer al jefe para hacer lo que me manda a hacer. Pero debo conocer las cosas que le agradan si quiero complacerlo desde el gozo que me causa agradarlo.


Quizás por esto que le comparto, es que tienen razón los que aseguran que..”Esto no es religión sino relación”.


Obedecer sin relacionarme por amor con aquel a quien pretendo obedecer, terminará en un seco y estéril manual de instrucciones que amargará mi caminar en la vida cristiana.


Pero obedecer a Dios desde una relación personal, íntima y progresiva con Él, produce una vida cristiana con incontables retos llenos de aventuras y excitantes riesgos cargados de optimismo y Fe viva llena de adrenalina.


No existen atajos que aceleren mi conocimiento del Señor. El Espíritu Santo quien es el administrador del conocimiento de Dios, eligió que los tiempos de intimidad intencionada en su Presencia, sería la vía determinante en la interminable jornada de la revelación del Señor.


Rubén Arroyo...Desde mi relación con Él.

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