SEPÁRELA DE SU UNIFORME...Y DESCUBRIRÁ QUE ELLA ES EL UNIFORME.

Su llamado es extraordinario pero nunca lo verá superior a su humildad o a su corazón. Cynthia es uno de esos especiales ministros a los que Dios primero les forma el corazón y después los llama.

Pocas veces he visto un espíritu de servicio tan apasionado, comprometido y consistente como el de Cynthia. Y si a eso usted le añade dones proféticos certeros, osadía evangelística, logística administrativa, iniciativa propia y dones de sanidad, entonces usted tiene un cofre de tesoros inagotable.

Me considero un ministro bendecido. Pero definitivamente tendría una influencia limitada sino es por el equipo que me rodea. Ellos hacen una combustión con sus llamados, talentos, dones y fidelidad y crean una sinergia corporativa imposible de ignorar.

Cynthia tiene gran responsabilidad en ese resultado. Es difícil que diga “No” a un reto nuevo. Junto a su esposo Ciro, los he visto enfrentarse a retos familiares que vaciarían el tanque emocional de más de uno. Pero son un ejemplo de Fe, perseverancia y sencillez de espíritu como pocas familias he conocido.

Cynthia es una de “mis valientes”. Una de las que se formaron en “la cueva”. Va a ser difícil que encuentre un capítulo en la historia de nuestra iglesia donde el nombre de Cynthia no brille desde que se unió hace más de una década a nuestra banda Davídica.

Nunca es difícil ser líder exitoso con hijos espirituales como ella.

No la verá con el micrófono con mucha frecuencia. Pero ella se encarga de cambiar la frecuencia de todo lugar al que llega.

Te amo hija...¡Con todo mi corazón!.

Cynthia Fernández...¡Sierva del Dios Altísimo!