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UN CELO “SANTO”...Y UN VESTIDO ENSANGRENTADO




“y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, SIENDO MUCHO MÁS CELOSO DE LAS TRADICIONES DE MIS PADRES.”

‭‭Gálatas‬ ‭1:14‬


Ese celo llevó a Saulo a perseguir en forma despiadada y cruel a los primeros creyentes en Jesús. A sus pies colocaron los vestidos ensangrentados de Esteban nuestro primer mártir como un trofeo a su celo por proteger la tradición de sus padres, generaciones de maestros de la ley cuyas interpretaciones de la Palabra formaban una gigantesca biblioteca.


Ese celo por la letra de la palabra, lo convirtió en un asesino despiadado del espíritu de ella. Ya convertido en Pablo, el Apóstol de los gentiles hablaría con arrepentimiento y vergüenza de ese periodo de celo sin entendimiento.


Me temo que ese tipo de celo no ha cambiado en nada. Las señales y el estilo de vida de Jesús, escandalizó a los que pasaron toda la vida estudiando lo que la escritura prometía acerca de su llegada. Lo tuvieron de frente y no lo reconocieron. Y la razón fue simple:


CUANDO SU MESÍAS APARECIÓ, CONTRADIJO TODA LA TRADICIÓN DE LOS ANCIANOS DE GENERACIONES. EL ESPÍRITU DE LA PALABRA FUE ASESINADO Y SEPULTADO POR LA LETRA.


Cuando vives en una generación de creyentes cuya arma de milicia es el insulto, la burla, el sarcasmo, el rechazo y el ostracismo de los que opinan diferente de algún pasaje de la biblia, ya sabes que el espíritu que endiosa las tradiciones sólo ha cambiado de estuche y generación.


Con auténtica admiración y reverencia, entiendo el celo de mis hermanos de la tradición al mismo tiempo que me asombra cuán destructivo pueden llegar a ser de su propia asignación de ganar ciudades para Dios.


Las noticias de muerte, destrucción y desgracia de su prójimo los alienta y regocija porque significa para ellos, que Jesús está a las puertas. Y esa alegría aviva más su desprecio por el prójimo que no se alinea con lo que creen.


Mujeres en tacones, rostros maquillados y recortes de cabello con vestidos que delinean la hermosa figura de un cuerpo, se convierte en la excusa de una furiosa respuesta con una lengua que convulsa entre insultos groseros en nombre de una rara santidad que maldice en nombre del amor y de Jesús. Mientras tanto...


MUEREN SUS ENFERMOS, LANGUIDECEN SUS COMUNIDADES Y SE MANTIENEN PRESOS SUS CAUTIVOS SIN QUE NADIE QUIERA VISITARLOS.


Una vez más entre ellos...El espíritu de la Palabra, sucumbió agonizante bajo la multitud de piedras en forma de versos bíblicos que defendían con celo la letra y la tradición, cuando debieron devolver esperanza, vida y regocijo a aquellos por los cuales Jesús dio su vida.


Nadie necesita a satanás cuando ya existe una multitud con la letra y la tradición como piedra lista para demostrar...que “nadie es tan celoso como nosotros...de nuestra santa doctrina”.


Rubén Arroyo...Entre piedras...y vestidos ensangrentados.

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