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SU FAMA...O LA MÍA.


SU FAMA...O LA MÍA.


“Y se extendió la fama de él por toda Judea, y por toda la región de alrededor.”

‭‭S. Lucas‬ ‭7:17‬ ‭


Siempre los creyentes podríamos estar corriendo el riesgo de desear cosas correctas por las razones incorrectas. Aspirar a buenas cosas desde intenciones equivocadas es una tentación que podría esconderse de nosotros mismos. Así de peligroso puede ser nuestro engañoso corazón.


ES MÁS FÁCIL CUIDARSE DE ENEMIGOS EXTERNOS QUE DE NOSOTROS MISMOS...


Porque algunas avenidas de nuestro corazón son aún desconocidas para nosotros mismos.


Dios parece estar desmantelando nuestras definiciones de éxito. Especialmente cuando desde las áreas oscuras de nuestro corazón, los números se convierte en algo más importante que la gente.


A veces se trata más de edificar mi ego que de edificar su pueblo. Dar a conocer MI iglesia a que su nombre brille en la SUYA. Así como no es lo mismo mi fama que la fama de Jesús.


Estoy bajo la lupa del Espíritu Santo. El no me declarará la guerra a mi, pero sí a todo aquello dentro de mí que le robe gloria. Soy un Pastor con habitaciones ya construidas y otras a medio hacer. Y si te conoces un poco a ti mismo no estarás excluido de mi descripción.


Soy de los que están convencidos que muchos que reciben aplausos serán “promovidos” a zonas donde no recibirán ninguno, mientras otros que no lo esperaban serán asombrados con muchos.


¿Porque están mal?. No. Porque podrían estar mejor y porque los otros ya murieron en la cruz y los aplausos o la ausencia de ellos no contamina la imagen de Jesús en ellos. Ya son inmunes al temor del hombre y se olvidaron de que la religión existe.


Habrá muchas sorpresas en esta Nueva Era de la iglesia. Y en este año muchas de esas sorpresas ya están en camino y asomando su cabeza a modo de punta de iceberg. Dios está haciendo algo que no se parece a nada de lo que conocemos.


LO HARÁ A SU MODO Y SIN PEDIR PERMISO.


Como dijo el Bautista...”es necesario que él crezca pero que yo mengüe”. Su fama ocupará el lugar de la nuestra. Y eso es lo mejor que podría ocurrirnos.


Rubén Arroyo...¿Quién rayos es ese?.

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