TODOS TIENEN LA RAZÓN...Y NINGUNO LA TIENE DEL TODO
TODOS TIENEN LA RAZÓN...Y NINGUNO LA TIENE DEL TODO
Los que insisten en un mensaje de fatalidad, desgracia y destrucción porque se acercan los días finales, pueden tener mucha razón pero su mensaje está incompleto.
Los que enfatizan un mensaje “terapéutico” donde la motivación y la actitud positiva es el centro, porque tenemos un Dios de amor que nos lo quiere dar todo y de todo a manos llenas, pueden tener mucha razón pero el mensaje esta incompleto.
Los que eligen el mensaje de que lo que necesitamos es mayor revelación de nuestra identidad en Cristo, nuestra herencia en Jesús y lo que es legal e ilegal por causa de la contundente victoria del Señor en su 🩸sangre, pueden tener mucha razón pero su mensaje está incompleto.
El correcto balance entre todas las anteriores es para mi lo más cercano a las escrituras sagradas. El mensaje terapéutico me distrae de mi asignación de discipular naciones y el mensaje fatalista me coloca en una posición a la defensiva pues se trata de perseverar y no de actuar.
Acerca de todas esas cosas la biblia tiene cosas relevantes que decir. Todas importantes por lo tanto indispensables en el equipaje del creyente. El problema es cuando todos elegimos una de esas tribus rechazando a las demás juzgándolas como “retrasadas” en revelación colocando a los demás creyentes en una especie de zona de segunda clase inferior.
Un creyente es victorioso pero no ignora la realidad de una guerra espiritual. Conoce su identidad y herencia en Cristo sin ignorar su asignación en la tierra y el poder manifiesto De Dios para lograrla.
Sabemos que Jesús regresa otra vez pero no a buscar una iglesia escondida del mundo y temerosa de quedarse en la tierra.
Debemos aceptar que un creyente vive en medio de la tensión de esas verdades. Tendrá victorias y morderá el polvo de vez en cuando. Recibirá hermosas recompensas y lamentables pérdidas también. Y esta es la paradoja en que todos existimos
EN EL MUNDO TENDRÉIS AFLICCIÓN...MÁS NO TEMÁIS...YO HE VENCIDO AL MUNDO.
Rubén Arroyo...En el mundo...Pero no del mundo.
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