“Y NO OLVIDES NINGUNO DE SUS BENEFICIOS”- DAVID

Los encuentros con Dios que has tenido son la gasolina que debes usar para ir tras los próximos.

Los estados de ánimo son traicioneros. La búsqueda de su rostro o el presentarte delante de él no puede ser determinado por el “cómo me siento”. Tampoco puede ser guiado por “lo que estoy viviendo”. Hacerlo, es entregarle a los estados del alma el gobierno de mi relación con Dios.

¿Te has levantado un día sin el menor deseo de tener intimidad con Dios?. ¿Te has presentado delante de él con tu mente tan dispersa o desorganizada que no sabes qué decir o por dónde empezar?. ¿Has notado que lo intentas pero no te conectas?. Yo también.

Es en esos momentos que decido repasar el “portafolio” de los encuentros que he tenido con Dios. Mi mente regresa a “aquel lugar” donde su Presencia casi se podía tocar o el momento en que una canción me quebrantó delante de Él.

Son muchas las ocasiones donde presentarme delante de Dios se ha convertido en una especie de clase de “historia con Dios”. Al no poder orar...me dedico a recordar, y al recordar...termino orando una vez más.

En esos momentos, es nuestra memoria nuestro mejor regalo. Cada recuerdo de lo que Dios hizo en mí, conmigo o por medio de mí, me recuerda al mismo tiempo...que lo puede repetir otra vez.

Reconozco que aún tengo un largo camino que recorrer. Aún existe un profundo abismo entre lo que conozco del Señor y lo que me falta conocer. Todavía las experiencias que he tenido con el Espíritu Santo, están muy por debajo de las que están a mi disposición y quisiera tener.

Mientras tanto....

RECORDAR LAS QUE YA TUVE...SON SU INVITACIÓN PARA IR TRAS LAS DEMÁS.

Rubén Arroyo...Recordando.