Y TODO SE REDUCE A ESTO PORQUE TODO SE TRATA DE ESO

Nada reemplaza nuestra relación con Dios. Trabajar para Dios no sustituye el tiempo en su Presencia. De hecho, lo que hacemos para Él debe salir desde nuestra relación con Él, de otra manera pudiéramos correr el riesgo de que nuestro trabajo para Él tenga que ver más con nosotros que con Él.

Un alma fragmentada por la baja auto estima, el abuso verbal o emocional podría sin estar conciente llenar su agenda con labor ministerial como manera de encontrar el sentido de valor personal que el abuso le robó.

Ansias de protagonismo no es igual al sentido de trascendencia que se forma en el lugar secreto a solas con Dios, y que está asociado a la trascendencia del Señor que desea honrarme con honra asociada a su nombre. No es lo mismo mi fama que la fama de Jesús. Eso de que Dios honra a quien le honra es parte de su naturaleza y no se reduce a una promesa.

El avivamiento es un acto iniciado por Dios en una decisión soberana. Nunca podemos ganarlo ni tampoco merecerlo. Avivamiento es la manifestación de Dios y su reino expresado de forma que sea vista y gustada en incontables e inmedibles formas. Y aunque ningún avivamiento se parece a otro, la Presencia Manifiesta del Señor afectándolo todo de múltiples maneras es el elemento que los une a todos.

No se busca un avivamiento por el avivamiento mismo, sino por la conciencia de la necesidad de Dios en nosotros, en nuestras ciudades y en nuestras naciones.

AVIVAMIENTO NO ES ALGO...ES ALGUIEN

Rubén Arroyo...¡Es Alguien!